viernes, noviembre 19, 2004

DE AUSENCIAS Y HUELLAS DE VOCES

Jacques Derrida, al referirse a Próspero Mallarmé, decía que este deseaba acosar la significación allí donde se produjera la pérdida del sentido: un texto literario traduce las cosas en signos y de alguna manera, cada vez que los inscribe en una lógica narrativa, va haciendo desaparecer tanto al sentido de las cosas y su funcionamiento por algo simulado. El problema es que nosotros pensamos que en el texto se inscribe el sentido. Derrida, por el contrario, alerta que la significación hace su aparición tratando de enfrentar a esa creencia y, por lo tanto, al mismo vacío de sentido que trasluce alguna obra literaria.

Entonces, en el interior del libro, se constata que hay una ausencia necesaria, indecible, velada. La obra literaria, en efecto, no debe tener más referencias ya que estas constituyen un peligro al tornarse en fantasmagorías que, por la fuerza de su halo, se hacen traducir. La primera ausencia que se debe circunscribir o lograr al escribir un texto en Derrida es, de este modo, a la referencia. De esto se deriva una consecuencia: una obra debe crear, pero no algo nuevo en sí, sino un sentido nuevo en la interioridad del lector.

La segunda ausencia es la del autor. Es necesaria, es importante y casi obligatoria. Derrida plantea que el borramiento del autor si bien es un accidente a la par es la naturaleza de la obra literaria. Cada libro debería, en efecto, constituirse en una tumba del escribiente. Y no en términos de un sepulcro, como se podría pensar, sino en sentido de que cada vez que las palabras, de los nombres que inscriben estas, van ordenándose o van imponiendo su propia presencia, el autor va constituyéndose en una omisión. Tumba en sentido de "hinchazón" (como lo dice su etimología), es decir, en términos de que una obra de versos, como lo planteara Mallarmé, a la vez inscribe una "operación" que elimina, que reordena, que omite, que produce algo. La productividad de un texto está en directa relación con la desaparición del progenitor.

La ausencia autor, por lo tanto, es desde ya más obligatoria en el poema. En éste no interesa más quien escribe, sino su ruptura con lo dado. El mismo poema es una ruptura que funciona por una voz interna: son las mismas palabras que se pronuncian a sí mismas (o que se hacen pronunciar necesariamente).

Y habría, a la vez, una tercera ausencia: las de los sentidos de las palabras. En el poema las palabras y su ordenamiento no deben organizar al sentido, más bien deben desbocar sus sentidos dados para producir otras palabras, quizá esas que deben ser acuñadas. Gigantesca empresa alquímica entre un orden estético y uno económico. Mallarmé sugiere que las cosas sueñan su sentido y que la gente entra en su dinámica. Mas la operación poética tendría que quitar el sentido unario, reducir las palabras y las cosas a nuevas cosas y nombres. Un ejercicio que supone convertir las piedras no en oro, sino en humildes instrumentos de creación.

Lázaro Valdelamar nos propone en su texto poético una primera desaparición: la suya. La que hablará en su texto es la memoria. Una memoria que según él, es "ala solitaria", evocadora de la geografía de un cuerpo que, por otro lado, pertenece a alguien cuya sombra es ahora palabras… ausencia.

Valdelamar desaparece. Hay que reconocerle la humildad con que lo reconoce (de hecho, eso es lo que además más admiro de él, su humildad que muestra la grandeza de su humanidad). Deja que su texto fluya, se escriba, es decir, establezca una escisión con el autor. Él se deja escindir por el texto. Dicho texto esculpe el poemario para otros, nosotros, presos del tiempo, podamos ser atrapados por su fuerza. Por algo escribe él:

"Si los poemas sin título soñaran con uno / este poema soñaría, hasta tenerlo / tu Nombre".

El poema liberado en su devenir, como esas grandes esencias que vagan a través de los tiempos, siempre está necesitado de ubicarse, de localizarse como Cosa diferente.

Pero además el libro de Valdelamar habla de ausencias. No sólo de la ausencia consciente y real del autor, sino de otras: de los hijos que al Tiempo se le mueren, como dice en algún verso, de los piratas y de los dioses que pueblan la fantasía y alimentan la niñez, de la amorosa sombra, de Dios que termina huyendo, cual siervo, luego de herir el cuerpo del poeta. Todas estas y otras son imágenes fragmentarias de un universo de referentes que no se necesitan ni siquiera preguntar por su real existencia. Lo que importa es saber, en efecto, si ellas despiertan la significación derridiana. Por lo menos para mí, la operación del texto poético de Valdelamar es sugerente, seductora, fuerte o potente. Me induce a meditar, a contemplar un mundo interior que a la final es la de quienes aman la vida no tanto por sus concreciones, sino por las huellas que aún faltan descubrir y seguir. En este contexto, pienso que el poema que explicita la real ausencia del referente y al mismo tiempo que denota lo que aún con su sombra a cuestas, lo que está vivo en un otro sentido, es ese donde la palabra que la invoca, al ser subsumida, a la final es la que me lleva a meditar. El poema se llama "Soledad", pero habría que leerlo de este modo:

"Soledad / Toda la belleza que dejaste por rastro".

Pura poética de la palabra, pura poética de la huella, pura poética de la significación. Y lo más interesante del caso, es que a la final hace que nosotros la digamos (o la pronunciemos). El ejercicio es sígnico. Una alquimia.

La tercera ausencia es la de las propias palabras en su sentido específico. Valdelamar se encarga primero de decirnos lo obsceno de la presencia de las mismas palabras. Dice él (y creo que a nivel estético, el poeta juega siempre con todos los título los que deben ser leídos como textos, es decir, tienen que se entendidos como fragmentos que se extienden en el universo propio del poema). Así, escribe:

"Obsceno / Sangrantes, bien empacadas, / al vacío, / palabras hay en la escritura, / como carne en los supermercados".

Una vez que ha constatado esto, aunque Valdelamar no acuña, hace que la palabra juegue caprichosamente a su destino, como en un vaivén de sonidos. De hecho, lo que interesa en el poemario de Valdelamar es la musicalidad de los sonidos, de los aires, del mar, de las voces, de la interioridad de quien se deja escribir. Toda "palabra", como dice su etimología, en el fondo no es más que una "parábola", es decir, es un paralelismo o una yuxtaposición entre lo que expresa y lo que nos lleva a describir de ella. Un ejemplo (y quizá esto hay que manejarlo más en la lectura silenciosa que en el habla):

"A la deriva de mí, arrojado a tierra
lejos alta
de la marca
de tu cuerpo".

La palabra ausente es la de la tierra colombiana a la que pertenece Valdelamar. Su lejanía es alta. El libro testimonia apenas la marca de esa ausencia, pero no puede decirla mayormente porque eso está más en el cuerpo y en el sentir de quien lee. A la final, ¿Acaso nosotros tampoco no usamos palabras, no empleamos parábolas, para expresar nuestra siempre ausencia del lugar del que procedemos?

Pero en el mismo verso también hay una otra cuestión que también se hace viva: está la tierra, lo no sumergido, que es finalmente la del cuerpo, el nuestro. Si Valdelamar dice que uno es arrojado a la tierra de un cuerpo otro, a la final, pretende que ese otro, repito nosotros, nos liberemos en el sentido que abre. Por algo el cuerpo es esencialmente sentido: sólo se puede conocer algo si se lo siente y sentir a la vez es establecer significar, es decir, dar sentido, procrear.

Y quizá habría que decir una cosa última. Como a todo ser humano que se precie como tal, lo que le hace en sí, son la serie de ausencias que le definen. Sólo el tiempo y la distancia sabe que esas ausencias hacen el sentido de la vida de las personas. La ausencia es esencia. Dicho de otra manera, la palabra "ausencia" deriva de otra palabra "esencia"; una y otra están ligadas, conectadas: ambas dicen lo mismo, son un hecho del Ser. Valdelamar escribe un diario poemático para volcar allá las ausencias, es decir, las esencias de su Ser, pero sobre todo la esencia de lo que está más allá de él: su hermana a quien le dedica el libro, a su madre cuya sombra sigue latiendo en el transcurso de las palabras.

Por algo el libro se llama "Geografía de ausencias". Si hay que hablar de una geografía es en tanto de que el poemario traza, realiza un mapa, establece unas coordenadas. Y más que ello, el mismo libro es un territorio en el que están latentes los sentidos… en definitiva, es el lugar desde el que se lucha para que las palabras no queden en el vacío.

Iván Rodrigo Mendizábal

martes, octubre 19, 2004

LENGUAJE Y NACION EN "LA AGRICULTURA DE LA ZONA TORRIDA" DE ANDRES BELLO

La silva "La agricultura de la zona tórrida" de Andrés Bello para muchos es uno de los hitos de la obra poética de este humanista caraqueño. Escrita en 1827, aquella esboza la imagen y el imaginario de un territorio que acuna, que promueve vida y, sobre todo, que habla de un lugar donde es posible la construcción de una nación. El uso del lenguaje parecería contribuir a este fin.

Desde este punto de vista, intentaré analizar el poema alrededor de la idea de que el lenguaje puede ayudar a construir una nueva nación, premisa que parece ser el motor de algunos pensadores de las nacientes repúblicas latinoamericanas y particularmente de los románticos.

CONSIDERACIONES CONTEXTUALES

Andrés Bello nace en Caracas en 1781 y es considerado, por su amplia obra legada, como uno de los más importantes pensadores latinoamericanos del siglo XIX. Tuvo la posibilidad de estudiar lenguas, letras, filosofía y ciencias exactas con diferentes mentores, sacerdotes la mayoría de ellos, así como obtuvo el título de Bachiller en Artes.

Esta formación humanista se entronca con el tipo de intelectuales que sobresalen en los nacientes años de las primeras repúblicas independizadas quienes se caracterizan por un enciclopedismo que ayuda a la estructuración de las bases tanto jurídicas, políticas, culturales, administrativa y económica de aquellas. Su educación caraqueña se completará luego con su larga estadía en Londres cuando es enviado allá y es contratado para cumplir misiones diplomáticas: en dicha ciudad, a la luz de las bibliotecas, escuelas y relaciones personales, abrazará la filosofía positivista inglesa con la que elaborará sus principales hipótesis, entre ellas la de "la elaboración de un lenguaje que [facilite] el paso de las democracias turbulentas hacia democracias ordenadas" (Roig, 1982: 8).

El lenguaje en Bello, en este sentido es fundamental. Por un lado, enseña que aquél sirve para construir ideas por lo cual se debe estudiar las grandes obras de escritores españoles y realizar una labor constante de corrección propia que permita tener obras literarias que puedan trascender y ser portadoras del pensamiento emancipador de los pueblos liberados a otros para que puedan seguir su ejemplo. Por el otro, el lenguaje, junto al pensamiento y la reflexión en su criterio son el fundamento de la educación de la persona. En el ambiente de efervescencia política constructiva de las nuevas naciones -y posteriormente cuando Bello se radica en Chile-, él proclama que es necesario siempre inventar nuevas voces con las cuales se pueda comprender los nuevos acontecimientos y las nuevas ideas que acontecen sin que por ello tampoco se pueda desconocer la existencia de palabras y conceptos de otras lenguas que seguramente posibilitarán el crecimiento de la lengua española. De este modo, su trabajo literario y filosófico apuntará a "tener conciencia del valor de la acción social de las letras, como medio formador de los pueblos americanos, constituidos en Repúblicas independientes" (Grases, 1979: XLIV). Tal acción social se inserta en lo que el mismo Bello calificaba de "emancipación inteligente o mental". No es raro que este humanista latinoamericano se aproxime a estudiar incluso el uso ideológico del lenguaje intentando establecer las bases de una disciplina semiótica.

RASGOS DEL PAISAJE Y DE LA NACION EN EL POEMA

"La agricultura de la zona tórrida" (c.f., Bello, 1979: 40-49) es un poema de carácter evocativo paisajístico que se inscribe en el género de las silvas -tipo de escritura poética de libre composición de estrofas que puede mezclar versos endecasílabos o heptasílabos-. que tiene reminiscencias de las églolas o cantos pastoriles virgilianos. De hecho, el propio Bello aprende a escribir poemas -a dedicarle tiempo a las musas, como decía él- leyendo a Virgilio, Garcilaso de la Vega y Francisco de Figueroa en quienes se inspira para pintar literariamente y evocar imágenes del paisaje venezolano impregnadas de riqueza, hermosura y espiritualidad. Si la tesis fundamental en Bello es la de hacer de la provincia de Venezuela una nación, él escribe el poema no sólo para manifestar tales atributos terrenales sino también mostrar que es posible el progreso de una nación mediante la explotación racional de ese suelo. En este sentido, es importante ver por intermedio del poema "…las virtudes del campo, sobre un suelo fecundísimo, [donde] las gentes formadas en el trabajo [podrían] alcanzar cumplidamente el alto rango que la Providencia tenía reservado a Venezuela" (Grases, 1979: XXVI).

La silva tiene 373 versos donde encontramos figuras literarias que intentan ilustrar la magnificencia del paisaje y de su vitalidad en relación a lo humano.

Al inicio Bello saluda a esa tierra soñada personificándola (prosopopeya) cuando dice: "¡Salve, fecunda zona, / que al sol enamorado circunscribes / el vago curso, y cuanto ser anima / en cada vario clima, / acariciada de su luz, concibes!" (1979: 40; {v1-5}). Nótese acá que es el campo el que llena de sentido incluso la luz que la baña además de la vida que se da dentro de ella. De algún modo, tras esa tierra ansiada está también la evocación de la madre que ahora se ha hecho patria. Por ello, más adelante, Bello usará frases humanizadoras que darán forma a la naturaleza-campo en la cual sólo es posible la vida de una persona: "tú tejes" {v6} o "tú la uva" {v7} además de "…tu añil la tinta generosa" {v25} o "tú vistes de jazmines / el arbusto sabeo" {v33-34}, para decirnos luego, "…para tus hijos la procera palma" {v35}. En estas palabras la intención vivificadora de Bello se extiende más allá de la propia tierra que genera, que da o que produce, para hacerse seno y prodigar cuidado. Es interesante, en este sentido, observar la hipótesis de que la tierra hace y cuida al ser humano.

Pero a esta tierra humana también se le inclinan todas las especies. Pues si bien es generadora de vida, en su seno, ellas también perviven: habría la presunción entonces de reconocimiento de esa vida que genera, por ejemplo: "tendida para ti la fresca parcha" {v44} o "y para ti el banano / desmaya al peso de su dulce carga" {v50-51}. El proyecto progresista se inscribe en este ámbito, pues el ser humano se prodiga de esta madre y de la vida que le entrega para lo cual basta la voluntad para que la tierra siga generando más vida para quienes la habitan. Por ello, Bello escribe: "no ya de humanas artes obligado / el premio rinde opimo; / no es a la podadera, no al arado / deudor de su racimo; / escasa industria bástale, cual puede /hurtar a sus fatigas mano esclava…" {56-61}. Es decir, el ser humano que explota esta riqueza con sapiencia sabrá hacerse "adulta prole" {v63}.

Pero la idea de progreso reclama que todos participen de él con entusiasmo. Bello clama que una es la fuerza de trabajo que genera vida y otra es aquella que aprovechándose de tal fuerza algunos grupos sociales han decidido apartarse para hacerse sus propias patrias desligadas justamente de ese seno materno. La larga pregunta entre los versos 75 y 88 justamente reclama esa desigualdad amparada en la edificación de las ciudades y de la comodidad mundana, manifestación preocupada de la modernidad que primariamente se instala en América. Bello, sin embargo, expone su esperanza del llamado conciencial que los seres humanos de las naciones emancipadas tendrán para salir justamente de esa prisión civilizadora del modernismo urbano para seguir reconociendo la vitalidad de la madre-la tierra. Dice él "¡Oh! ¡los que afortunados poseedores / habéis nacido de la tierra hermosa, / en que reseña hacer de sus favores, / como para ganaros y atraeros, quiso Naturaleza bondadosa! / romped el duro encanto / que os tiene entre murallas prisioneros" {v133-139}.

Como un humanista, arremete contra las clases de terratenientes y manifiesta su amor por las clases campesinas que comprenden siempre la voz de esa naturaleza-vida-país. Versos como: "id a gozar la suerte campesina; / la regalada paz, que ni rencores / al labrador, ni envidias acibaran; la cama que mullida le preparan / el contento, el trabajo, el aire puro; / y el sabor de los fáciles manjares, / que dispendiosa guía no le aceda; y el asilo seguro / de sus patrios hogares / que a la salud y al regocijo hospeda" {v165-174}; nos hacen pensar en una suerte de paradisíaco mundo al que la humanidad aspira aunque produce dolor el desencadenarse de las promesas de la modernidad. Ese mundo paradisíaco, pastoril, donde los dones se dan y donde con la fuerza del trabajo se cosecha, es una promesa, es una nación que se construye a sí misma. De este modo, en todo el conjunto de versos Bello articula diversas metáforas: la de madre tierra y la de la madre nación que se estructura desde sus bases, desde su campesinado que rinde honor con su ejemplo, a la vida que entrega esta tierra. Cuando una nación se estructura, él recuerda que "allí también deberes / hay que llenar…" {v202-203}, entre ellos, más allá de cerrar las heridas de la guerra, sobre todo, las de labrar el destino (la tierra) y dominar así el futuro que le depara. A mi juicio el verso 202-207 encierra este mensaje central, a modo de metáfora de su tesis; escribe él: "…el fértil suelo, / áspero ahora y bravo, / el desacostumbrado yugo torne / del arte humana y le tribute esclavo". Sin embargo, esta idea de labranza del propio destino para Bello tampoco tiene que desconocer a la "madre España" [v217].

La tesis de la labranza del destino, por otro lado, se encuentra sustentada en la agricultura. No es que solamente se trate de cultivar. Bello tiene una visión geopolítica y geoeconómica de vital importancia que anticipa muchos de los postulados del modernismo capitalista. Pero hay que enfatizar que este carácter agrícola no es del tipo premoderno, donde se acumula para comer sino para progresar como nación. Por ello, el autor eleva una oración a Dios para homenajear a quienes verdaderamente hacen del trabajo de la tierra su vida: en ellos se ve la nación. Dice él, refiriéndose a "la gente agricultora / del ecuador…" {v271-272} que "su rústica piedad, pero sincera, / halle a tus ojos gracia…" {v278-279}. Y más adelante reconoce que tras esa verdadera nación también están "las sombras de Atahualpa y Motezuma" {v311}, es decir, el pueblo indígena que es la garantía de la vida de esa madre tierra. Bello entonces nos muestra un pensamiento amplio y reconciliador no excluyente.

Finalmente la idea del trabajo será el fuerte eje de edificación de la nación en este caso americana. Cuando dice que "…no basta la hoz a las espigas" {v350} nos está señalando que ese trabajo también requiere de una racionalidad, la de saber que la naturaleza hace a los países como conocerla hará que ella sea más fecunda. Por ello, la última parte de su poema es un llamado, es una proclama y una voz que invita no sólo a parangonarse con el occidente, sino también a admirar el campo, "la simple vida / del labrador, y su frugal llaneza" {v354-355}. Esta actitud de reconocimiento del otro hará que la ambición sea descartada y más bien constructiva. En Bello, de este modo, encontramos un humanista integral con una visión de la realidad no clasista sino social y política muy actual que probablemente nos confronta.

BIBLIOGRAFIA

BELLO, ANDRES
1979 Obra Literaria. Ed. Biblioteca Ayacucho. Caracas.
GRASES, PEDRO
1979 Prólogo. En, Andrés Bello, "Obra Literaria". Ed. Biblioteca Ayacucho. Caracas.
ROIG, ARTURO ANDRES
1982 Andrés Bello y los orígenes de la semiótica en América Latina. Ed. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito.

Iván Rodrigo Mendizábal

viernes, julio 30, 2004

EL COYOTERISMO VISTO POR LA TV ECUATORIANA

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Rolando Panchana reabrió la serie "De la vida real" (Ecuavisa) con un capítulo con un tema polémico para Ecuador: el coyoterismo y el tráfico de personas. El capítulo tituló "Operación Coyote" y como los siguientes (tal como señala el aviso publicado para promocionarlo), supone la participación de figuras de la "farándula nacional".

Dicho capítulo es sobrio, ilustrativo y también moralista. Es un docudrama que muestra la fatalidad por la que pasan los ecuatorianos pobres que arriesgan todos sus recursos para lanzarse a una travesía hacia los países del norte como emigrantes. Panchana expone en este capítulo el oficio de un periodista que investiga, documenta e informa de un hecho. El eje del capítulo, más allá de la historia plagada de obviedades, está constituido por el testimonio de uno los protagonistas reales de un hecho producido hace algún tiempo y que derivó en un naufragio en las costas de Guatemala.

¿Pero se discute realmente sobre el problema del coyoterismo? Panchana expone estadísticas, se apoya en datos y versiones; sugiere en general la tendencia que marca a éste: que es un problema de un país que excluye a los más pobres, donde no hay trabajo, donde la crisis sigue siendo el pan de cada día de la gente. Sin embargo, el problema no es tan elemental como se manifiesta por más moralizadora historia que sea. En sí el problema es la misma situación a la que hace el coyoterismo. Quizá habría que ir más allá de los indicadores o del manido tema de la crisis para explicar este fenómeno.

Primero, que aquél obedece a una lógica distorsionada del mercado. El coyoterismo demuestra que en el mercado de la globalización también las personas son sujetos de comercio, promovido infelizmente no sólo a nivel de delincuentes que saben cómo funciona la lógica del capital, sino también a nivel de la publicidad ilusionística que brinda la televisión que invita a viajar a donde sea para gastarse todo el dinero y beneficiarse de las ventajas que brinda ese mundo exterior idílico y hedonista. ¿Acaso quienes migran no buscan también satisfacer esos sueños de bienestar independientemente del trabajo que ello suponga?

Segundo, el problema no es buenos y malos como ilustra el capítulo. Quizá hay más bien una lógica perversa de ambas partes, es decir, de coyoteros y emigrantes. Se sabe que la migración clandestina tiene sus riesgos y peligros y que en su conjunto constituye una violación a las leyes. Pero poco se dice de esta violación salvo de la complaciente escena en la que unos policías aceptan coimas. El problema está en que tampoco las leyes tratan de manera real el coyoterismo y peor aún ni el Estado tiene definido una política. No basta un juez luchando heoricamente (como el que es mostrado en el capítulo), ni periodistas que señalen los hechos, lo que falta en sí es una política que impida la real emigración y el sufrimiento de las personas y familias que a la final se involucran en la cuestión.

Tercero, falta investigar mucho sobre la sicología y sociología de quienes emigran. El capítulo, en este sentido, es esquemático. Es insuficiente el llenado con "estrellas de la farándula" que además gesticulan o ponen caras lánguidas (resulta, por lo demás, sospechoso que los faranduleros se tomen en serio algunos de los temas más candentes; de hecho se observa que es un buen efecto de publicidad). Hasta la fecha no ha habido en la televisión nacional un documental o un docudrama que explore las dimensiones etnográficas que supone este drama, además de las consecuencias sociales que implica para el país. Lo que no se valora es justamente la pérdida de un capital humano. Tampoco la televisión habla del mismo capital humano, creativo, propositivo que probablemente visiona al Ecuador en el contexto de un proyecto mucho más amplio. La pregunta final es: ¿Contribuyen estos programas a poner los puntos sobre las íes en problemáticas que cada vez competen al Estado? Vale la pensar si el espectacularismo es el camino ideal. Si éstos no inciden en la política de Estado, es claro que son sólo puro entretenimiento.

Dos notas finales: el efecto de film que se rompe es un ruido innecesario, del mismo modo que la constante repetición del roll anunciando algún programa futuro.

Iván Rodrigo Mendizábal

lunes, julio 19, 2004

IMÁGENES DE LA GUERRA SIMBÓLICA

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Tras la invasión a Irak devienen una cantidad de imágenes. Primero, las imágenes norteamericanas, patrioteras, heroitizantes, grandilocuentes, espectaculares, electrizantes en su generalidad porque muestran a los soldados, al ejército invasor que se propone llevar a cabo la política del miedo de quienes gobiernan actualmente EE.UU. Son imágenes difundidas por los medios de comunicación; ellas expresan de alguna manera al bien que va tras los pasos del mal que supuestamente se ha anclado en Medio Oriente; dichas imágenes son oficiales y, de alguna manera, encajan o hacen encajar a la visión oficial del poder que paradójicamente se reproduce con eficacia en los medios de comunicación de masas. Dichas imágenes hablan siempre de ordenar el mundo, de imponer la fuerza, de hacer cumplir las leyes, de hacer saber quien es el que puede ejercer el poder en el mundo. Vienen de las transnacionales de la información y de la comunicación, con el previo consentimiento del Pentágono. Segundo, están las imágenes de los otros medios "alternativos". Alternativos en sí porque nacen del contexto de Medio Oriente. Están del otro lado de la lente oficial occidental, pero, aunque suene a contradicción, igualmente son también oficiales del mundo árabe. Dicen lo que tienen que decir, es decir, que hay una especie de choque de civilizaciones, de miradas, de religiones en el trasfondo de la guerra. Sus imágenes nos hacen comprender que es posible ver desde otro ángulo, posiblemente no tan perverso como las norteamericanas (o españolas, o inglesas, igual da), serio y sin el espectáculo de las tomas. Esas imágenes están detrás de la línea de batalla, o en su caso, son imágenes tránsfugas de los rebeldes o de los que hacen la resistencia, declarativas todas ellas. Lo que importa, sin embargo, es el punto de vista: las imágenes muestran los horrores, los destrozos, pero también los procesos de los nuevos gobernantes y de la supuesta coalición. ¿Son imágenes de equilibrio en el desequilibrio? En todo caso, para el mundo occidental, por lo menos para el latinoamericano o ecuatoriano, las imágenes alternativas sólo sirven para ilustrar en algo la versión espectacular de la guerra. Nosotros somos participantes, en ambos casos, con ambos tipos de imágenes de un espectáculo mediático, con la televisión en convergencia.

Tercero, hay también imágenes diferentes. Menos periodísticas, menos profesionales, menos acabadas, caseras en esencia, están las imágenes de aquellas personas en Bagdad y sus alrededores que, accediendo a las redes de Internet, publicaron y publican aún fotografías o videos digitales que muestran lo que supondría la cotidianidad de un acontecimiento, la invasión o la guerra, que es vivida en su mismo seno. Mientras las dos primeras manifestaciones de imágenes anteriores son esencialmente informativas, predominantemente signadas para captar audiencias, ya sea que sirven de anclaje a noticias o de interpretación que sustentan comentarios periodísticos, el tercer grupo de imágenes, de blogers o fotoblogers, son registros diarios, son testimoniales, son muestrario abierto a la interpretación. Señalan, indican, son sintomáticas. Tras sus representaciones están claramente el miedo o el tiro rápido sin pretender hacer con ello una obra de excelencia estética.

Cuarto, están las otras imágenes, las políticamente empleadas para aterrar, para amenazar. Se pueden emparentar con las imágenes primeras, con las de la mirada oficial. Están en la misma medida que las imágenes autorizadas por el Pentágono, pues como aquéllas, éstas obedecen a una estrategia, a un cálculo político. Si la política norteamericana se sirve de imágenes y del mercadeo para crear imaginarios sociales, la política guerrillera también ha aprendido que esta es la manera de crear otro tipo de imaginarios, muchos de ellos ambivalentes. La única diferencia radica en el hecho de que las imágenes de los grupos insurgentes, de los grupos de resistencia que circulan ya sea por Internet o redes de televisión "alternativas" (y parcialmente reproducidas por los medios de comunicación oficiales de Occidente), son igualmente caseras, aunque informativas, su énfasis está en que son llamados de atención, son énfasis, son gritos terribles que quieren emparentarse con la espectacularidad de las imágenes oficiales norteamericanas. Sin embargo, lo que les falta es justamente esa espectacularidad, pues son meramente expositivas: la cámara está ahí para que el hecho pase, contrariamente a las imágenes espectaculares donde mientras el hecho acontece, el objetivo de la cámara trata de obtener un ángulo de cierta verdad en juego.

Quinto, quizá parangonándose con las anteriores, están las imágenes de tránsito de los soldados americanos. Es curioso, aparte de ser designados para una misión, en el lugar de los hechos, parece que también fueron a fotografiarse cual viaje de turismo se tratase. Y bueno, ¿cuál es en esencia el quid de toda invasión, sino de apropiarse simbólicamente y realmente del lugar donde el país invasor quiere ejercer su poderío? Pues bien, supongamos que un soldado no sólo va a combatir o a defender un supuesto frente y que al cabo de su misión (claro está con pocas probabilidades de morir puesto que cuantitativa y cualitativamente el ejército norteamericano está pertrechado con armas totalmente desproporcionadas en relación con las de la resistencia) aquél decide tomarse unas fotos para enviarlas a sus amigos no sólo por chat-Internet sino también por wap-celular. Eso es lo que pasa. Las imágenes de este quinto grupo, son esencialmente situacionales. Dicen: "he estado ahí", "esto es lo que visto", "de esto he participado", pero en imágenes. Caseras, son también una mezcla de indicación e información; suponen una pose más desenfadada, en el marco de la invasión y de la guerra, puesto que están producidas por quienes llevan las banderas oficiales de la muerte, son pornográficas.

Sexto, también están las imágenes de las corporaciones supranacionales. Estas imágenes parecen escindidas de toda realidad puesto que sirven para todo informe, ya sea gubernamental o ya sea de la resistencia, pues son imágenes objeto de una valorización mercantil puesto que para su producción hay una inversión fantasmal de millones de dólares. Son las imágenes satelitales. Están afuera de todo, encima de todo, circulan y no circulan abiertamente, develan, descubren, trazan volúmenes, pictorializan temperaturas corporales, retratan el estado de las cosas en su más fría esencia, pues, siempre están siendo tomadas desde arriba. Son imágenes que aparentemente constituyen una especie de mirada de los ojos de un dios omnipresente, mudo y ajeno pero que suele tomar parte en cualquiera de los destinos. Las imágenes satelitales son registros panópticos: en ellas todo aparece, pero todo también está encerrado.

Y séptimo, están las imágenes de la fantasía y de la simulación. Producto de cualquiera de las imágenes anteriores o de las imágenes mentales que cada uno se ha hecho, por lo menos en Occidente, aparecieron las imágenes de juguetes, de videojuegos, de artilugios, de artefactos diversos que tratan de representar lúdicamente la situación macabra que ha desatado la invasión, el poderío militar, la prepotencia, las desproporciones informativas y comunicacionales. En este grupo están las representaciones de Sadam el malo, de los americanos los buenos, de Bin Laden el perverso, de la arquitectura cristalina y transparente que pretende simbolizar en la zona cero una otra estatua de la libertad. Pero igualmente están las simulaciones de guerra: para los videojugadores siempre se estará del lado de los buenos, puesto que del otro siempre estarán los terroristas. En otras palabras, las imágenes siempre reforzarán las ambivalencias sociales y culturales de las que vivimos. Nuestros fantasmas más atroces siempre deben ser develados o mostrados en la imagen. Y si queremos mostrarnos en las imágenes, pues tales fantasmas deben ser doblegados, sus espacios apropiados, sus destinos olvidados. En las fotografías occidentales de la invasión a Irak lo que prevalece es la apropiación indebida de lo otro y su borramiento no sólo sistemático sino también inmediato.

La guerra por ello es también simbólica. Pues ella ahora se lucha por medio de imágenes. Habría que diferenciar tres momentos de este proceso. En el primero, es esencialmente informacional: por algo, las antiguas guerras eran de rapiña, pues de lo que se trataba era verificar la información y por lo tanto de apropiarse de la riqueza del lugar a donde se iba. En el segundo caso, la guerra es claramente comunicativa. En esta guerra, lo que importaba era interceptar, destruir medios y caminos, es decir, impedir que el ejército contrario crezca. Había que hacer uso de todos los medios. En el tercer caso, de lo que se trata es, sin olvidar los dos anteriores, de hacer imágenes e imaginarios. En otras palabras: crear la imagen de una guerra, hacer vivir permanentemente a la población en el mundo del miedo, hacer aparecer lo que no era posible, lo "real", además de crear la necesidad permanente de querer vivir en un mundo ilusorio todavía no posible. Tal el simbolismo a veces desmedido de las imágenes: ellas convienen a una sociedad que quiere imponer un significado a otra.

Iván Rodrigo Mendizábal

sábado, julio 10, 2004

"EL VIAJE IMPOSIBLE"

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"El viaje imposible" es una pequeña piecita de orfebrería cinematográfica de Georges Méliès. Filmada en 1904, es una historia corta, simple, teatral, en términos generales, una película realizada sin grandes pretensiones narrativas salvo la siempre ingeniosa explotación de trucos que, a la luz de los tiempos presentes, sigue siendo excepcional.

La historia es como sigue: un grupo de personas de una sociedad científica se plantea viajar al Sol. Discuten el cómo hacerlo, construyen una especie de nave espacial, llaman a otro grupo de adeptos, todos doctos, representativos de alguna ciudad, para pronto partir primero en un automóvil, luego en un tren que al descarrilarse a velocidad sale disparado como un cohete hacia el espacio. El viaje, por lo tanto, es en tren hacia el Sol; se observa a Venus; y luego el destino final: el astro rey. Allá caen en un paisaje agreste, y dominado por las llamas. Puesto que el propósito es echar un vistazo, la comitiva se da un pequeño paseo sobre la superficie del Sol, hasta que el calor se hace insoportable. Pero como son científicos cuidadosos, han llevado consigo en el tren, una heladera en la que todos se meten. Al cabo de minutos, claro está, casi todos se congelan. Uno de ellos los deshiela por lo cual deciden volver a la Tierra en la nave que han ideado. El cohete se propulsa y luego cae en el mar. Puesto que éste se rompe dentro del mar, todos salen en las playas de una población pesquera. De este modo, son reconocidos como los conquistadores del Sol y son llevados a la ciudad donde son recibidos multitudinariamente con bandas y oropeles.

Más o menos son 20 minutos de peripecias, de trucos de desaparecimientos o aparecimientos, de humos, de muecas, de caras casi caricaturescas, de escenarios pintadados o de planetas o cuerpos celestes con rostros mitológicos e incluso algún monstruo marino. Acorde con el tiempo de su realización, también está esa especie de cámara rápida donde los personajes parecen moverse torpemente. Todo es mímica teatral, no hay diálogos. Los trajes incluso parecen ridículos, pues casi todos están de levitas. El grupo parece simplemente disponerse a hacer un viaje turístico, un picnic o algo por el estilo. Cuando vemos el film nos reímos por toda esta ingenuidad teatral, esta representación caricaturesca que quiere ser seria. Si habría que tomarse en serio esta película, como muchas veces lo hacemos hoy, cuando vemos films que nos deslumbran con sus historias intrincadas o sus millonarios efectos, "El viaje imposible" es literalmente una obra de niños traviesos, de principiantes que juegan con el cinematógrafo.

Pero quizá habría que tomarse de otro modo la película, entendiéndola en su contexto. Y en este sentido, decir, que hay que ver la obra con asombro. Asombro porque Méliés cumple justamente con el objetivo de su tiempo: mostrar el cine como una herramienta mágica que hace aparecer y desaparecer mundos. Asombro porque en la simpleza de la historia están una cantidad de elementos que quizá valdría la pena pensar: sólo por ejemplo, que la vida de las sociedades se constituye realmente alrededor del juego, de lo lúdico. La historia es la de un juego en el que las cosas están puestas para cumplir una función y provocar una situación nueva que conduzca a otra, y así sucesivamente. Sin embargo, hay que reconocer que en esa simpleza hay también una incipiente dramaturgia, la más clásica, la más convencional, la aristoteliana. Asombro porque aparte de lo anterior, el film es una pieza de orfebre donde vemos técnica, destreza, artesanía pura. Méliès se compara a una especie de artesano tallador o relojero, que pone las cosas, las arma, las mueve a capricho, moldea la materia, extrae de ella lo que quiere, construye un ritmo frenético e histriónico. Pero sobre todo asombro, porque la pieza, como muchas otras de ese tiempo, es coloreada a mano.

Como los viejos fotógrafos de estudio o de plazuela, Méliès en "El viaje imposible" nos hace ver una película en "colores". Imaginen pintar cada uno de los cuadros que constituyen la copia. Imaginen que esos colores son básicos o, mejor dicho, son pocos dentro de una paleta. Imaginen los fondos en la película pintados a mano, etc. Eso la hace más mágica a nuestros ojos. Estamos hablando concretamente de un estilo rudimentario y, por lo mismo, una técnica que, a mi modo de ver, es casi psicologista: pues se trata de dar vida a la fotografía, a la forma; es hacerle hablar, es dotarle de un carácter fuera del que el actor o intérprete pueda dar. Lo que interesa, de este modo, son estas figuras cuasi fantasmales, tinturadas que de pronto cobran vida, como en un sueño; sin definición, sin rostros, con formas incluso disímiles en situaciones disímiles. De pronto, nos damos cuenta, que en el film hay algo más: Méliès nos lleva como espectadores a un estado onírico en el que vemos nuestros propios fantasmas silenciosos y caricaturescos. Y en medio de ellos, pareciera que gráficamente quisiéramos salir del útero desde donde nos vemos para ir, por sólo unos momentos, a tocar al padre que aún duerme y saber de su calor.

En lo unario del plano cinematográfico (al modo de Roland Barthes), donde todo está allá, en conjunto, donde no hay detalle, donde no hay más que un punto de atención, la escena representada, "El viaje imposible" a la final sale con algo que le hace diferente, ese color fantasmal, espectral y que se constituye en una especie de punctum por el que entramos a vivir realmente ese mundo aparte y ese viaje imposible. Y quizá también contribuya en este caso, un poco la música en vivo que un grupo de músicos y un violinista japonés, Tadashi Maeda, interpretaron para hacer más vívida la experiencia cinematográfica.

Iván Rodrigo Mendizábal

viernes, julio 02, 2004

MELIÈS VISTO EN EL SIGLO XXI

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Circula por Ecuador una muestra de películas de los pioneros del cine. Se trata de aquellas obras, olvidadas o arriconadas en las estanterías de algunas cinematecas y que de pronto han cobrado nueva existencia por efecto de la restauración y del soporte digital. Algunas de ellas indudablemente han sido y siguen siendo referentes en la historia del cine, y otras sencillamente son asombrosas piezas que para el cinéfilo de hoy son verdaderos descubrimientos. De hecho, para las nuevas generaciones, el mundo de los pioneros en sí es un verdadero hallazgo por cuanto aquél está constituido por piezas que pueden verse completamente como arqueológicas. Verdaderos documentos que, a decir de Michel Foucault, ahora son en sí piezas arqueológicas (no tanto por su antigüedad), porque ellas manifiestan un otro discurso, actualmente en desuso: el de las artesanía icónica.

Una pequeña muestra es lo que se ve del trabajo de uno de los pioneros, Georges Méliès, mago y prestidigitador, quien supo usar el invento de los hermanos Lumière, el cinematógrafo, para hacer lo que hoy son maravillas por su novedad e ingenuidad. Mudas todas ellas, como las 503 piezas que constituyen su filmografía realizada entre 1896 y 1913, siguen siendo objeto de admiración porque en su conjunto muestran ingenio y destreza. En este sentido, se vieron: "El viaje imposible" (1904), "El viaje a la luna" (1902), "El eclipse" (1907), "El cocinero" (1904), "La sirena" (1904) y, "Fotógrafo sin cable" (1908), cortometrajes, para su tiempo, fantásticos y que desafiaron el interés de quienes aún veían en el cine un arte que no iba a prosperar.

Méliès, como todo pionero, trataba denodadamente de mostrar las posibilidades y potencialidades de una nueva tecnología que para su momento todavía era limitada. En esa limitación, justamente, es que él encontró una veta que luego, años después, sería el eje del desarrollo del cine. A Méliès hay que reconocerle el haber empleado el escenario teatral o de circo para sus puestas en escena. Con él en realidad nace el cine fantástico alrededor de pequeños o incipientes relatos cuya característica eran particularmente los hechos y los accidentes. En su obra no importan los argumentos totalmente estructurados, porque de hecho no existen, sino los trucajes con los que realmente hizo ver que el cine no era simplemente un espejo de la realidad o documental.

Su cine, incluso para inicios del siglo XX, es como el reino del sueño. Las imágenes son desordenadas, los personajes brincan, las cosas aparecen y desaparecen o se transforman sin más. De pronto aparecen personajes fantásticos: el Polo Norte personificado en una especie de monstruo, el sol o la luna con una caras languidecientes… todos ellos como si estuvieran pegados a escenarios pintados. Es el dominio del encantamiento: cine de artimaña donde los fondos hablan al mismo tiempo que los personajes, aceleraciones de la cinta que dicen que es posible manipular el tiempo, sobreimpresiones y fundidos que expresan que se puede hacer trasposiciones o metamorfosis, e incluso sustituciones donde las cosas pasan a ser otras cosas. Teatro ilusionístico que claramente abrió senderos a la incipiente cinematografía todavía constituida de exploradores, de viajeros, de pequeños artistas que preguntaban grandes cosas al cinematógrafo. En esos tiempos, claramente, todavía no existía la industria del cine y eso hacía, a la luz de nuestros días, su impresionante magia. Méliès como quienes le siguieron, hacían cine para ilusionar y al mismo tiempo para ellos encontrar respuestas creativas a sus más incipientes necesidades comunicativas.

Hoy, cuando todavía estamos pasando lentamente las puertas del siglo XXI, las películas de Méliès siguen siendo como en su momento lo han sido: mágicas y ejercicios magistralmente artesanales.

Se dice que todo comenzó cuando a él se le trabó accidentalmente su máquina cinematográfica durante un rodaje. Cuando volvió a retomar la filmación no se dio cuenta que el paisaje de una plaza que él registraba, había cambiado: ya no estaban allá los mismos transeúntes ni los vehículos. Como él alguna vez contaba, en lugar del tranvía, aparecía un carro fúnebre. Sin proponérselo había descubierto el montaje en cámara. Y ése en sí sería realmente el truco y el quid de su cine: elaborado de accidentes, de caprichosos cambios y, en otros casos, de supuestos errores fortuitos que luego serían el corazón de la fantasía cinematográfica. Artesanía pura: Méliès trabajaba con el cine cual si se tratase de arcilla a la que había dar forma; a ella le aumentaba o le quitaba cosas, le hacía aparecer y desaparecer, la moldeaba a gusto. Investigaba con la técnica como quien hace experimentos en vivo para ver qué pasaba y… el resultado, era claramente un cine elaborado de piezas, de saltos, de cambios, en definitiva de fantasmas y demonios que también tenían vida propia en las improvisadas pantallas donde se proyectaban estas obras. Aparte de ello, aprovechaba lo que había del teatro y del circo, la pirotecnia y el confeti. Esta y otra artesanía hoy es empleada bajo el mando de los millones de dólares para hacer películas que también producen millones de dólares. Si Méliès hubiera patentado todos sus descubrimientos, como hoy se hacen las cosas, seguramente no se hubiera muerto medio pobre… pero en fin, no importa eso. Lo trascendental es que su obra artesanal dejó millones de semillas que todavía siguen produciendo frutos maravillosos que aún exhalan ingenio.

Y una palabra más: Méliès desafió a los escépticos. Cuando se veía al cine como una especie de tecnología que no prometía mucho, aquél hizo posible lo imposible: mostrar la luna o el sol, viajar hacia ellos y encima hacernos conocer sus parajes. Como dice Georges Sadoul, los mismos escépticos se vieron convencidos al creer que evidentemente se había viajado fuera de la tierra para filmar los agrestes paisajes. Y éstos no eran nada más que telones y maderas pintadas entre las que se movían los personajes de levita meliesianos.

Iván Rodrigo Mendizábal

lunes, junio 28, 2004

ECOLOGÍA DE MEDIOS: "EL FIRMAMENTO SE HA VUELTO EXTRAÑO PARA EL OJO NORMAL"

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Entrevista a Iván Rodrigo Mendizábal

Yonne Cárdenas. Dayana Paredes | Quito, Ecuador | 01/03/2004 | 00:00:00

El comunicólogo Iván Rodrigo explica desde la perspectiva de McLuhan lo que Internet ha provocado en la sociedad. Para Rodrigo los medios de comunicación no sólo afectan la percepción, el entendimiento y los sentimientos de las personas, sino que además les lleva a crear imaginarios diversos. Afirma también que McLuhan no criticaría a esta nueva forma de comunicación, Internet sino a las prácticas que se dan alrededor de los medios.


¿Los medios de comunicación afectan la percepción, entendimiento, sentimiento y valor humano?

El impacto de los medios de comunicación en la sociedad y en las personas ha sido ya evidenciado por varios estudios. Está claro que el mismo proceso de la comunicación ya implica un influjo o una afectación en tanto en aquél tanto emisor como perceptor están siempre en un juego en el que intentan someterse unos a otros a través de diversos recursos retóricos al igual que sistemas de lenguaje.

Piénsese entonces en el caso de los medios de comunicación, como poderosos sistemas que son empleados también para lograr un tipo de actitudes o comportamientos. Es histórica la transmisión radiofónica que hizo Orson Welles de la "Guerra de los mundos" de H.G. Wells en los años 40 en los EE.UU. En aquélla, Welles utilizando recursos narrativos y sonoros proporcionados por la radio, creó un ambiente en la audiencia haciéndoles creer efectivamente que había en ese momento una invasión marciana, al punto que muchos salieron despavoridos a las calles creyendo que había llegado el fin del mundo.

Este hecho nos anoticia el hecho que una buena y estratégica utilización de la radio no sólo afecta la percepción, el entendimiento y los sentimientos de las personas sino que además les lleva a crear imaginarios diversos. Este caso no es el único, en el siglo XX que es en efecto el siglo de los medios de comunicación y como tal de la comunicación ligada a la sociedad, la publicidad también ha posibilitado que el capitalismo entre a su fase posterior, a la del consumo y a la de la mera especulación. Los medios tienen una fuerte presencia entre nosotros.

Mucha gente piensa que lo que ve en la TV, lo que les muestra la publicidad es la realidad misma. El trucaje de fotos y videos o películas hacen aparecer más realistas las cosas haciendo confundir estas con el mundo de lo real. Uno a veces parece que ya no puede discernir lo que puede ser verdadero de lo que no es.

Esto es lo que está pasando en nuestro tiempo de los simulacros, de las imágenes, de los sonidos perfeccionados, en definitiva, del manejo estratégico de los medios de comunicación. La percepción es otra: en el tiempo de la velocidad la imágenes requieren ser veloces, el ojo ya no se acostumbra más a los largos planos, a los paisajes.


- ¿Cómo es la forma de percibir y entender las informaciones de los medios actualmente?

Las generaciones actuales ya no pasean, ya no viajan, ya no descubren el mundo en su magnitud, al contrario, tratan de sintetizarlo, tratan de llegar pronto. El firmamento se ha vuelto extraño para el ojo normal porque de pronto el telescopio nos acerca a Marte. Queremos tener lo lejano como lo más próximo. Lo mismo se puede decir del entendimiento.

Paradójicamente los medios nos ofrecen tal cantidad de información pero nuestra capacidad de entender dicha información y transformarla en conocimiento, lo mismo que nuestra capacidad de entender la realidad a través de dicha información para tener una mirada crítica sobre el mundo, es pobre. El exceso de información actual lleva a que vivamos en una completa fase de desentendimiento.

Por ello, la gente trata de desentenderse del mundo exterior a sí, desembocando en la falta de diálogo incluso con el vecino. Giovani Sartori en un momento escribió que la presencia de la TV en la cultura y sociedad contemporáneas ha provocado que la gente devenga estúpida (aunque no es el término que haya empleado).

Las imágenes que aparentemente ofrecen más de lo que podrían las palabras, además que las imágenes muestran en su desnudez muchas veces a la realidad, hace que la gente haya perdido su sentido perceptivo y por lo tanto crítico ante las cosas.

La anomia vivida en muchas sociedades, por ejemplo, la norteamericana, es producto de todo ello. Esto naturalmente tiene que ver con los sentimientos al igual que los valores. Lo que han hecho los medios es "universalizar" comportamientos, valores, estereotipos.

El influjo de la publicidad en la sociedad no sólo se relaciona con el hecho que ha logrado crear una especie de comunidad de consumidores de productos incluso sin utilidad, sino también con el problema de haber transformado el sistema de valores sociales. Uno de ellos está alrededor del "tener" o "poseer" objetos y por lo tanto el elevar a categoría de valor social el dinero. ¿Se puede calificar esto de bueno o malo?


- Mcluhan divide los medios en "cálidos" y "fríos". ¿Internet en qué categoría está?

La tesis de McLuhan es interesante en cuanto al carácter, a la naturaleza de los medios de comunicación. En su tiempo hablaba de los medios calientes y fríos, y se refería sobre todo a los medios masivos. Era claro que en ese momento no existían los medios globales aunque sus presupuestos teóricos o propuestas experimentales estaban siendo esbozadas.

El medio caliente para él era de "alta definición" (en sus palabras "rebosante de información"), que no posibilita el que se lo "complete" por parte del perceptor, poco "interactivo", de hecho excluyente, más especializado, además de ser más compacto en su naturaleza.

Lo contrario era el medio frío: de baja definición o de baja información, que requiere que se lo complete en su recepción, más participativo o interactivo, y por lo tanto, inclusivo, que no requieren especialización, además que su estructura debía ser más dispersa.

Caliente significa que es una característica inherente de ese tipo de medios que nos hacen sentir distantes, es decir, dado que aparentemente se muestran seductores, pueden ser problemáticos para lograr una relación con ellos. Frío es que con los medios, uno puede hacer más cosas, porque de alguna manera son sistemas más abiertos y receptivos. La radio para él era un medio caliente en tanto la TV era un medio frío. Internet es un medio global y no un medio masivo.

Pero claramente parece reunir las presupuestos respecto de los medios fríos: Internet es un espacio en el que uno parece puede interaccionar y por lo tanto participar (es el caso de los chats) al mismo tiempo que ofrece una estructura de amplia dispersión (dado justamente por el hipertexto).

Hasta acá se puede decir que Internet a todas luces es un medio frío con el cada uno puede hacer historias, puede articular sus relatos, puede incluso ser dueño de los mensajes, contrariamente a lo que podría pasar con la radio e incluso con la televisión. Pero quizá habría que recalcar algunas de sus paradojas y que competen también con lo de medio caliente.


- ¿Cuáles son esas paradojas de Internet?

La primera paradoja es que Internet supone un exceso de información por el mismo hecho de que es también una amplia base de datos. Y no es que la información esté dispuesta de manera inmediata como sucede con los periódicos o la radio o la televisión, sino que aparece indexada y mezclada en su totalidad. Sobre un tema pueden haber sino cientos por los miles de documentos. Sobre un hecho no sólo existe una sola versión sino cantidad de versiones. Entonces, ¿cuál es la información pertinente?

De pronto el exceso de información puede llevar al "calentamiento" y por lo tanto al distanciamiento. La segunda paradoja es que Internet por más que se diga que es inclusivo es a la vez especializado. De hecho, tras su operatividad y acceso hay toda un aprendizaje que es necesario entender. Las generaciones que vivieron la radio, el cine o la televisión a la final no tuvieron que aprender los misterios técnicos de recepción o de su posible participación en los argumentos. Les bastaba una llamada telefónica y probablemente estaban ya al aire.

En la actualidad la brecha es más bien generacional o mejor dicho tecno-generacional. Un niño puede adentrarse a las lógicas de una computadora y de Internet e incluso programar sus propias páginas. En otras palabras, no son sólo escritores sino también diseñadores, programadores, etc. Internet, así pues, es un medio que requiere de una especialización, de un entendimiento, de un sistema de conocimientos previos, de una capacidad de poder interaccionar con algo que aparentemente es "inteligente".

Conclusión, las tesis de McLuhan se pueden comparar a medias con el caso de Internet. Por lo mismo que es un medio global, es decir, un medio híbrido, un medio "multimedio" entonces habría que hablar de medios fríos-calientes (aunque no sé si el término "tibio" es el apropiado).


- ¿Internet entraría dentro de lo que McLuhan entendía como aldea global?

La aldea global era una hipótesis de una comunidad social interconectada. De hecho los medios de comunicación ya lo habían presupuesto al extender las formas culturales hacia otros ámbitos y otras realidades. La conjunción de sus efectos produciría si se quiere una sociedad en la que supuestamente las culturas aparentemente podrían entrar en una especie de diálogo.

La base parecía ser el modelo griego. Es decir, el modelo en el que los representantes de diversas comunidades o diversas familias terminan concurriendo al ágora para participar sus decisiones o de las decisiones de otros.

En parte el planteamiento de la McLuhan sobre la aldea global tiene que ver con una romántica idea de retomar el inicial modelo de la democracia en contra de la democracia moderna que más bien es especializada, segmentadora y excluyente. Hay quienes señalan que Internet parece retomar los principios de ese tipo de sociedad participativa y democrática.

No en vano se viene postulado el hecho de una "ciudadanía mundial" que cada vez cobra cuerpo alrededor de las nuevas tecnologías de comunicación y particularmente Internet. Tal ciudadanía mundial implica que por fin en este tiempo, todas las voces, todas las naciones, debaten y tratan de romper la hegemonía de los Estados establecidos esencialmente alrededor de la territorialidad. Un ejemplo de ello ha sido la reciente impugnación mundial a la invasión a Irak.

¿Pero realmente Internet cumple con ser la aldea global que aglutina a la diversidad de voces, en concreto a esa "comunidad global" o a esos "ciudadanos mundiales"? En apariencia sí. Es un espacio que cumple con ser de encuentro, de comunión, de congruencia. Pero es un espacio virtual. Todos quienes participan en realidad en un espacio informático de comunicaciones.

Probablemente eso no es una aldea global, aunque como metáfora sirva para entender que en el mundo actual es necesario ponernos todos de acuerdo para dialogar y con ello, romper las barreras de incomunicación de las que claramente se han hecho los Estados y los gobiernos quienes ciegamente no ven al mundo más que como un feudo más ligado a sus intereses.

Probablemente la aldea global se cumpla en otro momento, en el momento en el que haya verdaderamente una comunidad humana que vele por la vida y no por la muerte.

Para McLuhan los medios no sólo era la radio, la televisión, los impresos, etc., sino que eran todos los objetos que constituyen una extensión del hombre, una prolongación de algunas de sus funciones u órganos del cuerpo. ¿pero con el bombardeo de información estas extensiones quedan en segundo plano?

La idea de que los medios son extensiones del ser humano es interesante en cuanto por medio de ellos, este puede lograr cosas que en sí mismo no podría haber logrado. Por ejemplo, extender más la mirada (el telescopio), hablar más fuerte (el parlante), oír con más detalle (el auricular), contar una historia con una misma coherencia y con la extensión del tiempo infinita (el libro).

Sin embargo, el problema que McLuhan introducía era que los medios si bien son extensiones también entumecían. La tesis que está detrás es que si bien uno hace de un artefacto o una tecnología una extensión de sí, en el fondo lleva al anulamiento (el dice autoamputación) de la parte a la que le ha añadido "nuevas" posibilidades tecnológicas. Por el efecto de autoamputación habría un entumecimiento, es decir, una especie de dolor del que luego uno se va acostumbrando.

Ahora bien, que los medios sean extensiones del cuerpo humano implica que por medio de ellos el ser humano puede diseminar más información, es decir, puede crear una nueva ecología que puede ser incluso destructiva para él. Entonces, no es que pasan las extensiones a segundo plano, sino que por el mismo de que "reemplazan" llevan a que la gente no los vea más y se encuentre "seducida" (si cabe el término") por las extensiones y como tal se encuentre entumecido por esta situación.

De hecho vivimos entumecidos por la cantidad de información que recibimos y que no logramos decodificar completamente: esto no impide ver que nuestras extensiones son las que las producen; por el contrario tratamos de atribuir a otras cosas el origen de nuestros problemas.


- El Dr. Derrick de Kerckhove que dirige el programa McLuhan de la Universidad de Toronto sostiene que "McLuhan establecería distancias frente a Internet"? ¿Qué opina?

Probablemente es más por una paradoja. Pues Internet si bien conlleva muchas de las ideas que McLuhan discutía además las pone en conflicto. Una de ellas ya la he resaltado. Internet si bien es un medio, o una extensión, es a la vez una gran base de datos, es un espacio que implica que el interlocutor debe ordenar, debe articular, debe semantizarlo y eso no entraba en los postulados de McLuhan, o por lo menos, se estaba acostumbrado en ese entonces a entender a los medios como reemplazos de algo, como precursores de una sociedad.

El problema de hoy es que Internet reúne lo viejo y lo nuevo. Pero también es una revolución en tanto implica otra lógica y otra sociedad más ligada a la sensibilidad o a la improvisación. No creo que McLuhan haya tomado una real distancia de Internet. Él era un entusiasta analista de los medios y particularmente hasta un desenfadado visionario que veía posibilidades en lugares que la gente veía problemas.

¿Acaso no caemos en eso? Internet es un espacio de posibilidades y de problemas. De hecho la cuestión "digital" no había sido discutida del todo por McLuhan. Él hablaba del mundo de las imágenes o de las máquinas. Nosotros estamos en el mundo de las imágenes que se tocan, se transforman, se tornan casi vívidas; en el mundo de las máquinas que se vuelven orgánicas, que no sólo son extensiones sino que se mimetizan en los cuerpos; en el mundo en el que tiempo ya no tiene tanta preeminencia como el espacio, donde hay dispersión y no centramiento, donde todo debe completarse a partir de articular el propio espacio.

Quizá es otra ecología de medios y otra ecología humana. Jean Baudrillard lo vio y por ello continuó y redistribuyó la amplia conceptualización de McLuhan en nuevos paradigmas. En este sentido, creo que De Kerckhove, siendo uno de los seguidores y alumnos de McLuhan, parece dar cuenta más bien que ante el nuevo espacio de Internet hay que elaborar presupuestos también desenfadados y visionarios. De hecho su libro sobre la cultura digital es un buen intento.


- Según el pensamiento de McLuhan, ¿qué cree que él criticaría de Internet?

No sé qué criticaría en realidad. ¿Acaso él criticaba a los medios? Más bien criticaba las prácticas alrededor de los medios. O mejor dicho evidenciaba la poca percepción que tiene la gente al tratar de manejar sus propias extensiones. Ponía de manifiesto que la sociedad estaba entumecida por sus propios hallazgos.

Él quizá más bien empezaría a desconstruir a Internet en su nueva lógica. Su obra ya no sería "comprender a los medios" sino "comprender a Internet y las nuevas modalidades de tecnologías de comunicación" supongo yo. En este contexto, creo que se habría aventurado a investigar la cultura de lo táctil, de lo digital, de lo orgánico, de la economía alrededor del ADN, de la simultaneidad, de la improvisación… de la vuelta al iconismo, etc.


- ¿Estamos viviendo una revolución con Internet o sólo constituye un "boom" que pronto pasará?

He afirmado anteriormente que Internet es una revolución. Aunque su modo de ser "revolucionario" no tenga mucho que ver con las revoluciones de la rueda o de la imprenta, para poner dos ejemplos. O mejor dicho, su forma revolucionaria está en el hecho en que Internet cambia el sensorium y por lo tanto la percepción de las cosas.

Entonces, como dice Gordon Graham, Internet es revolucionaria en tanto transforma el modo de comunicación. Y acá está su base, y eso es lo que pasó con la imprenta o radio en su momento. Pues en tanto que transforma el modo de comunicación a través o mediante su uso, implica que por primera vez en la historia de la humanidad la diversidad de voces están puestas en un mismo escenario, debatiendo, confrontándose, entrelazándose o dispersándose.

Sea como fuere, ya no hay el poder del medio el que opera sobre la sociedad sino que la sociedad opera un poder sobre el medio y por lo tanto lo reutiliza constantemente. En este escenario están al mismo nivel periódicos digitales empresariales como weblogs personales haciendo un periodismo con tintes diferentes; están los activistas más agresivos o los más humanistas y también quienes profesan las más absurdas ideologías; están las sociedades que creen que fundando países virtuales ellos pueden así iniciar el camino de una era diferente con gobierno diferente.

Esto lleva a lo que se denomina el "internacionalismo" de la voz que además implica una lógica nueva. Es la vida en red, es la voz en red, es la red que traspasa no sólo los ideales sino las actividades propias: gentes que se comunican sin tener necesariamente un rostro, más probablemente una serie de intereses particulares.

Como sucede con cada nueva tecnología, ella siempre se la ve en el contexto de los "booms".Yo me pregunto si hoy vivimos el boom de Internet o si Internet en su momento tuvo un boom. Quizá todavía vivimos o estamos viendo la punta de iceberg.

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(Entrevista a Iván Rodrigo por Yonne Cárdenas y Dayana Cárdenas, revista electrónica "El Batiscafo", Santillana Universidad)

domingo, junio 06, 2004

"EL PERIODISMO DIGITAL ES LIBERTARIO"

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La prensa escrita y la epifanía del periodismo digital

Yonne Cárdenas | Quito, Ecuador | 30/01/2004 | 00:45:00

Iván Rodrigo Mendizabal es uno de los más destacados expertos latinoamericanos en la Teoría del Discurso y Estudios Culturales. En la entrevista exclusiva que concedió a El batiscafo examina algunas de las transformaciones en el periodismo que entraña la era digital. Desde la transformación del soporte a la revisión del modo de escribir, el profesional nos entrega su opinión de porqué el periodismo digital es libertario

LOS CAMBIOS EN LA "ERA DIGITAL"

¿La producción de información está sujeta a cambios?

Claro que sí. El periódico físico tiene un tamaño y un cuerpo establecido, en el digital no existe el tamaño y éste se va a haber en virtud de lo ocupado en un disco, por dar un caso.
Lo fundamental de esto es que se puede ofrecer más información que en el periódico de papel. La prensa al ser cerrada solo puede centrarse en la información del día, mientras que en el digital se está actualizando permanentemente, incluso dentro de la misma noticia, si el caso lo amerita.

El formato del periódico cambia en virtud del espacio, en el electrónico no hay estos limitantes, se puede decir que éste no tiene un formato definido, sino que se va adecuando de acuerdo a las expectativas que el medio impone.

El formato se pierde y adopta la idea de una página ligada a otras, que va variando de acuerdo al sentido de la lectura del lector.

¿Qué implica la transformación del soporte?

Este es el primer aspecto que está sujeto a cambios.
En el periódico electrónico la información ya no tiene una ubicación concreta, no es localizadamente cerrada en el sentido de que no obedece a unos márgenes ni a un espacio definido, sino que está acorde más bien a una amplitud.

NO SÓLO CAMBIOS DE FORMA

¿Se necesita una revisión del modo de escribir?

Claro que sí. El Internet tiene la virtud de ser el medio por excelencia donde todo el mundo puede hablar, o sea que básicamente es un medio abierto a la libertad de expresión y a la expresión total.

Cualquier ciudadano puede publicar en Internet, y una muestra de esto son los diarios personales, que no tienen nada que ver con los de medios de comunicación. Se trata de un diario hecho por personas convencionales que cuentan sus impresiones sobre diferentes temas. Es decir, se está formando una especie de periodismo paralelo, sin oficio, sin academia, a esto es lo que llamamos weblogs.

Es decir, se empieza a ver como gente que no es periodista hace reportajes, muestra con fotos lo que está sucediendo, y con este fenómeno cambia la forma de escribir, pues ahora comienza a describirse el hecho.

Este paso de la escritura convencional al de la escritura dialogante o cotidiana de mostrar un hecho tal cual lo ves, supone una ruptura total de los sistemas de lenguaje. El sistema lengual académico, cotidiano, convencionalizado por los medios, frente a uno que no es ni siquiera supuesto, sino casual. Aquí surgen las emergencias de las literaturas orales, lo que se piensa, lo que se ve, lo que se dice es lo que se escribe.

¿Dentro de esta temática, que papel desempeñan los hipertextos?

Esto tiene que ver con la transformación de la escritura. Ahora se trata de un modo de escribir variable y abierta, a esto es lo que llamamos hipertexto.

Un texto que se conecta a otro y que puede ser aportado por documentos puestos en la red. Esta es una fortaleza de los medio electrónicos, ya que también pueden ser espacios de construcción del lector, donde éste alimenta con sus versiones y opiniones al periódico como tal. En este sentido, se puede decir que debido a la cantidad de información que circula, el control no es centralizado.

En el periódico digital el lector siempre está interactuando, poniendo condiciones de lectura, esto hace que el periodismo sea mucho más amplio y diverso.

¿Esto podría crear problemas dentro de los medios de comunicación?

Lo que pasa, es que se empieza a ver el descentramiento del periódico, de la información. El descentramiento de lo que significa informar.

La descentralización pasa a destruir la idea de poder ligado a los medios, ahora hay la capacidad del ciudadano de poder decir sin necesidad de pasar por el periódico, lo que significa una “desmediación”. En otras palabras el medio ya no tiene la importancia y la eficacia del caso, lo que supone un cambio político en la manera de pensar, de hacer periodismo y de confrontan a lo que dice el periodista.

Cualquiera puede ser periodista en esencia, cualquiera puede ser con una arma estratégica para los fines que se requiera. Es decir la existe la “contrainformación”.

PERIODISMO LIBERTARIO

¿Por qué se dice que el periodismo digital es libertario?

Hoy en día todo es información, toda imagen es texto, todo sistema de información es transportable, es copiable, transmisible, rompe fronteras, no se puede controlar. Esto tenemos en el caso de los periódicos que prácticamente empiezan a romper los sistemas de información convencionales, componen formatos, formas de diálogo con los usuarios.

Se habla de los periódicos multimedia que ya no son los de oferta de información, sino que tienen bastantes servicios de accesos y de interacción con el usuario. Yo no los llamaría periódicos sino lugares multimedia donde se ve información y al mismo tiempo ves estadísticas que se van actualizando cada cierto tiempo.
Se ven secuencias fotográficas que van construyendo historias, secuencias de video, transmisiones en vivo con video y chats, todos estos elementos permiten hacer diálogo.

Además, hay muchas cosas en las que el usuario está obligado no solamente a leer, sino también a trabajar con el medio, esto lleva a una idea interesante, el usuario ya no es usuario, ni lector sino un “interactuante”, un individuo que tiene la posibilidad de jugar y plantearse escenarios.

LAS CONDICIONES ECONÓMICAS TAMBIÉN CAMBIAN

¿Qué pasa con las condiciones de producción?

Un periódico convencional tiene un costo que obedece a una cadena de producción. En el digital desaparecen estos determinantes, pues en el caso del periódico digital, se puede imprimir un texto específico y no todo el diario, por lo tanto el problema del costo es desplazado al usuario y ya no representa un costo para el periódico.

¿Pero mantener una página web también tiene un costo?

Se puede decir que la manutención de un sitio en Internet es caro, pero en comparación a toda la información que permite almacenar es mucho mejor. No se usaría tanta cantidad de papel para la impresión de dicha información. Por lo tanto, está estadísticamente demostrado que un periódico digital sí resulta más barato.

Entonces, hay un abaratamiento de los sistemas de información, además, hoy en día los periódicos digitales tienen un costo de suscripción que permite acceder a toda la información del sitio, como es el caso de El País, por lo que se puede asegurar que hay un servicio
completo.

¿Cuáles son las ventajas de tener una suscripción a un periódico en Internet y no a uno de papel?

La suscripción de los dos tipos de medios es similar, la diferencia es que en un periódico digital se puede acceder miles de veces y crear un archivo propio, es decir, el periódico en su cambio de perspectiva económica supone un avance.

Otro avance está en que no solo la empresa se beneficia de los costos, sino también el autor, porque quien escriba a determinado periódico tendrá los réditos automáticamente. Eso ya está demostrándose en el libro digital.

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(entrevista a Iván Rodrigo por Yonne Cárdenas, revista electrónica "El Batiscafo", Santillana Universidad)

viernes, mayo 28, 2004

MISS UNIVERSO EN EL PAÍS DE LA "MISSERIA"

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El título de esta reflexión se refiere a un graffiti escrito en una pared en una calle de Quito. Alude a ese perverso evento, el Concurso Miss Universo, que se celebra en estos días (mayo de 2004) en Ecuador, siendo su escenario principal su ciudad capital.

Anónimo como cualquier graffiti, anteriormente censurado, esta inscripción ha vuelto a aparecer en letras grandes como una voz silenciosa adherida a una pulcra pared en las cercanías del hotel donde las misses y todo el séquito de invitados se hospedan. Dice exactamente lo que debe decir: "Miss Universo en el país de la Misseria". Como Alicia en el país de las maravillas, el concurso está ahora (y momentáneamente) situado en el "centro del mundo", en Ecuador, un país que paradójicamente es, en efecto, uno de los Estados donde una impresionante miseria convive con la riqueza desmedida de unos pocos. Para la mayoría de los ecuatorianos, si bien este concurso es deslumbrante, al mismo tiempo es una muestra del despilfarro que se les restrega en la cara como si nada. Los organizadores del concurso, en los últimos meses, se ocuparon de apuntalar en el imaginario social que con este evento el país crecerá económicamente, habrán más ingresos para el país y, por supuesto, se reactivará la economía todavía en crisis. El efecto de la propaganda si bien hizo calmar los ánimos de una buena parte de la población descontenta tampoco acalló la voz de otros que ante la manipulación comunicativa hace el Concurso. La prueba es ese graffiti en las calles quiteñas.

Dos situaciones que emergen en este contexto.

La primera, la que alude el graffiti, el hecho de que desde el lado de la pobreza, desde el lado de la población que padece de los efectos del desempleo, de la corrupción y de los intereses financieros de grupos de poder, la miseria es patente. Desde el otro lado del espejo en el que la globalización y las corporaciones en su mayoría norteamericanas, se reflejan con ojos ciegos, precisamente hay un mundo que no es del todo del absurdo. Al contrario es un mundo en el que la indigencia se hace patente y deja saldos cada vez más impresionantes y que los macroindicadores económicos se ocupan de ocultar.

Ecuador ha sido el primer país en sur América que ha renunciado sin asco a su moneda y se ha inscrito con mucha facilidad a los procesos de globalización y desterritorialización que se viven hoy y que impugnan en general al sentir de las mayorías silenciosas. La dolarización de la economía si bien ha supuesto un mayor enriquecimiento de las poblaciones de las grandes urbes, al mismo tiempo ha dejado cada vez en el atraso y en el abandono a poblaciones rurales y marginadas quienes han incrementado los movimientos migratorios hacia el exterior. El último informe del Banco Mundial señala que 5'200.000 de ecuatorianos son los afectados por la pobreza. Ésta ha crecido en los últimos años de 1.1 millones a 3.5 millones sólo en la costa, mientras que en la sierra esa tasa se incrementó en un 15%. En total, se pasó de 3.5 a 5.2 millones. Aunque estos datos provienen del Banco Mundial, una institución internacional, uno de los ocasionantes de la miseria también a nivel global, habrá que considerarlos como ciertos porque dichos datos hablan más o menos de casi más del 50% de la población ecuatoriana que está en condiciones que rayan en la miseria. Si la tendencia es esta en los próximos dos años la cuestión es claramente nada alentadora y al contrario será un foco de tensión que probablemente puede generar mayor violencia y crisis social. No es raro, en este contexto, que en los últimos años, Ecuador haya sido uno de los países en los que paradójicamente se hayan dado alzamientos seudopopulares en los que los movimientos sociales han tenido mucho que ver.

En resumen, si tenemos en cuenta este escenario, lo que se vive hoy en Ecuador con Miss Universo es prácticamente un insulto no sólo al estado de pobreza de una buena parte de la población sino también una ofensa a la inteligencia de los movimientos sociales y de quienes quieren un cambio radical del modelo económico que no sólo se aplica en Ecuador sino también en Latinoamérica.

Segundo, desde el lado del mundo global y de quienes son los fervientes propulsores de este concurso (y otros similares), este evento es una "oportunidad" invaluable para el Ecuador para poder seguir labrándose un camino en el horizonte de oportunidades de la globalización económica y cultural.

El concurso es, en efecto, una paradójica pasarela para exhibir la "belleza" mundial: se ven allá cuerpos espectaculares de mujeres quienes, además de mostrarse en todas las poses, vestimentas y sonrisas (queriendo con ello decir que la "belleza" es ajena a todo, incluso a la política, a lo social, a la pobreza), presentan sus cualidades intelectuales y una especie de curriculum donde sobran naturalmente los posibles títulos académicos de los podrían gozar. Tras ellos evidentemente se venden los sueños de mejorías en nombre de todos, se simboliza la feminidad como algo excelso aunque vaciado de sentido. Ante esto, algún predicador de la globalización dirá siempre que lo que hay en juego en este concurso no es nada más y menos que "belleza", aunque luego añadirá, como se nos ha dicho en la propaganda, que quienes sean las finalistas y la coronada, hará que el mundo sea mejor gracias a que ellas emprenderán la labor social y humanitaria que tanto necesita el mundo y también Ecuador.

La promesa, sin embargo, va más allá, pues para éste país la oportunidad es abrirse al mercado del turismo, al de las exportaciones, a la capitalización de la economía por la vía de más inversiones, etc. ¿Acaso no son estas promesas que ya se han escuchado a lo largo de varios años? Pero no es sólo eso, también se promete la venida de grandes luminarias del mundo del espectáculo mundial y, claro está, que Ecuador cambie su imagen negativa que parece se ha granjeado ante el mundo por efecto de los reclamos de los movimientos sociales.

Obviamente las poblaciones urbanas parecen estar convencidas que el país no es pobre, que los indios no existen, que la aparición de los miserables son obra de algún malvado comunista que sigue añorando con anclar a la nación en el oscurantismo. Por un lado, Quito ha sido maquillada en sus calles principales. Se han hecho arreglos de jardinerías, aceras, de iluminación. El problema es que sólo se ha maquillado el canal donde circulan efectivamente los turistas que vienen al concurso Miss Universo. Pero esa no es precisamente la ciudad de Quito. Hay más cosas que claramente se han eliminado de la vista de estos "inversionistas": el comercio informal, la pobreza de los niños de la calle que salen a trabajar en las frías noches, etc. Por otro lado, ha aparecido con fuerza en Ecuador el discurso del "éxito" de la mano de empresarios que "invierten" también acudiendo a eventos donde se traen o importan a "gurús" de la economía, de las finanzas, algunos políticos y otros charlatanes que evidentemente se han enriquecido de una fácil verborrea y libros "light" de fácil consumo gracias a sus recetas de las más variopintas. Con el discurso del "éxito" el Concurso Miss Universo parecería ser también una obra magistral prometedora y una empresa digna de cualquier inversionista.

Habría que tomar en cuenta las palabras de un lúcido pensador portugués, Boaventura de Sousa Santos ("De la mano de Alicia", 1998), cuando tratamos de meditar el suceso del Concurso Miss Universo. Él afirma que el mundo en el que vivimos hoy está plagado de una serie de irracionalidades que a la luz de la lógica postmoderna se vuelven racionales. Una de ellas es que gran parte de la población mundial está ya viviendo la catástrofe ecológica, está al borde de la miseria, sufre una impresionante hambruna precisamente porque no hay una buena distribución de los recursos que son apropiados por una minoría de la población que vive desperdiciando todo además que muere por el exceso de abundancia.

Y acá está la contradicción más tenaz que trae justamente el concurso y que el graffiti hace alusión. La sociedad del mundo contemporáneo es una sociedad del espectáculo. Es una sociedad que para tapar su más grande menosprecio, la vida humana, hace espectáculos irracionales, deslumbrantes, con una violencia simbólica que por el mismo efecto de la espectacularización de las cosas termina haciéndonos pasar lo irracional como racional. En este concurso muchas personas terminan finalmente fantaseando con todo: en el fondo acá está en juego una economía libidinal. Ahí radica el aspecto perverso que denuncia el graffiti: más allá del sexualidad y el erotismo como mercancías intangibles de la globalización, incluso los empobrecidos han sido acaparados por las promesas de éxito. Ellos también quieren ver despuntar sus frágiles economías aunque sea vendiendo lo que sea. El problema es ése: pues sólo venden cosas que su miseria les puede permitir. Se puede afirmar que en Ecuador se ha situado por algunos días el imaginario de la sociedad del espectáculo. Y como esta sociedad es de espejos, Miss Universo es un espejo que refleja el desprecio patente de las minorías millonarias a nuestros países que siguen viviendo de la colonización cultural. En el fondo, es una fiesta de esas minorías que aparece sospechosamente como si fuera una fiesta de las mayorías silenciosas. En ese espejo todos quisieran reflejarse pero la gran paradoja es que pocos son los que pueden lograrlo. Los demás, las mayorías son siempre excluidas: políticamente, de hecho, deben ser excluidas.

Iván Rodrigo Mendizábal

viernes, mayo 21, 2004

ORALIDAD Y NUEVAS TECNOLOGIAS: SOCIEDAD Y MIGRACIÓN

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Hoy en día las tecnologías de la información y la comunicación han abierto una brecha en el seno de las sociedades, particularmente las que persiguen su desarrollo. Mientras en los países altamente desarrollados se muestra que se ha cumplido la promesa de la sociedad de bienestar y las tecnologías se revisten de un halo futurístico que radicaliza dicha promesa, las naciones que aún no han llegado a ese punto siguen cifrando sus esperanzas en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para salir justamente de su atraso.

En este contexto, Latinoamérica más que productora de tecnologías es, efectivamente, una de las fervientes consumidoras. Sin embargo, es también uno de los continentes que ha puesto en discrepancia el mismo avance de las nuevas tecnologías dadas las dicotomías que imponen estas, suponiendo, además, que un estado de bienestar muchas veces contradice con el imaginario de algunas de las comunidades sociales que por siglos se han negado a ingresar del todo en la llamada "modernidad" occidental.

Latinoamérica hace ver, por lo tanto, que hay diversidad de particularidades que hay que considerar. Habrían dos racionalidades en este marco. Una es la racionalidad modernizadora que trata de inscribir a la diversidad de naciones y países dentro de los proyectos globalizadores confiando para ello, de forma combinada, en la economía y el juego financiero junto con las tecnologías, estas últimas como entidades prometeicas y salvadoras de la humanidad. Y, la otra, la alterna, que ni siquiera es tradicional, que muestra que es posible ir a una forma de desarrollo con alternativas que den otro sentido a las dinámicas globales que se dan en el mundo contemporáneo. La primera es fundamentalmente letrada, científica y sígnica (la economía de los indicadores lleva a la toma de decisiones y a la dinamización de la sociedad como una apuesta donde todo está controlado). La segunda es oral, pero fuertemente atravesada por lo visual y lo simbólico (y muchas veces sujeta al sentido común). De todo ello nace precisamente una pregunta: ¿Cómo es posible que la racionalidad tecnológica del mundo desarrollado pueda ser aplicada efectivamente también para el crecimiento de las sociedades alternas haciendo que, al mismo tiempo, sus prácticas puedan ser respetadas?

I

Antes que todo es necesario reafirmar un hecho: el que las sociedades en cualquier orden, momento o proyecto histórico se han estructurado gracias al desarrollo o a la reinserción de tecnologías dentro de sus ámbitos de acción. Es decir, no se puede concebir que cultura alguna se haya dado sin que hubiese habido el ejercicio y el impacto de diversidad de tecnologías ya sean estas propias y foráneas. De hecho, las culturas indígenas del continente latinoamericano (paralelamente a lo que en su momento se daba en Asia o Europa), ya tenían un fundamental desarrollo tecnológico que les había permitido la conformación de un modo de vida que respetaba y aprovechaba el ecosistema que tenían para sí. Aunque hoy en día se ha impuesto la racionalidad occidental en Latinoamérica, cuyos efectos se pueden apreciar en la desmedida explotación de los recursos naturales, perviven todavía modos de vida y tecnologías que aparentemente habían sido olvidadas y que corresponden justamente a esas formaciones culturales originarias a las cuales muchas veces se trata de negar su protagonismo.

Claramente el panorama que se vive hoy es distinto del de hace varios siglos. Particularmente cuando los medios y las tecnologías de la comunicación tienen una preponderancia tal que muchas sociedades giran alrededor de ellas. Por ello, muchos analistas han denominado a este período como el de la sociedad de la información y del conocimiento enfatizando la idea que estamos en un momento de la historia, el del postindustrialismo, donde las innovaciones tecnológicas, basadas en la información, se constituyen en fuerzas latentes para la transformación social y la consecución de una supuesta calidad de vida más alta.

La ideología de esta sociedad de la información y el conocimiento, de acuerdo a ello, sostiene que: la convergencia de la informatización, el conocimiento y la configuración de redes, necesariamente llevarán a que el mundo será prometedoramente más disfrutable, menos problemático y con mayor participación ciudadana. En este sentido, se cree que la informática, como ciencia del control de la información, puede traer mayor transparencia a la toma de decisiones. Además se presupone que la información, que se ha generalizado ahora, y que está dispuesta a todos, debe lograr un mejor empoderamiento de los sectores sociales. Así, si se tiene un mecanismo de control que aliente la toma de decisiones y una mayor diseminación de información logrando la plena transparencia de los procesos sociales y políticos, este tipo de sociedad piensa que ello dará lugar a una multiplicidad de entornos interconectados, que aunque ellos podrán seguir siendo "autonómos", ayudarán justamente a tejer una red de relaciones productivas en beneficio de la humanidad. Por lo tanto, la ideología de la globalización tecnológica y económica evidentemente postula que el futuro es ya nuestro.

Es claro que el mundo actual, determinado por todo el espectro anterior, es sólo teórico. Se puede decir que el cambio operado en los últimos 30 años, por el efecto de una mayor atención en las tecnologías de la información y la comunicación, sobre todo en lo que tiene que ver con la transformación de lo público, tiene que ver con dos órdenes: el espacial y el temporal.

De acuerdo a esta situación, es importante afirmar que la televisión, el Internet, la telefonía celular y otras más han llevado a lo que algunos denominan el desanclaje del lugar y la desterritorialización del individuo: es decir, se puede "viajar" a otros lugares mediante la visión, es decir, el mapa ahora precede al territorio como diría Baudrillard. Asimismo, la vida en torno al presente ha dejado sin esencia la posibilidad del futuro, del mismo modo que ha borrado la posibilidad de una utopía real haciendo emerger fantasmáticamente una conciencia en base a las otras utopías que prometen las nuevas tecnologías en sí. Para las poblaciones urbanas de pronto la necesidad de contar con información y de moverse en el marco de los flujos tiene como efecto el que se debe circular y conectarse, antes que reunirse y encontrarse. Hay una reconfiguración de todo el imaginario social. La sociedad de la información y del conocimiento es, desde ya, un proyecto urbano y cosmopolita.

En el otro lado de todo el proyecto globalizador claramente se encuentran las nacionalidades y las culturas indígenas. Obligadas a la sistemática hibridación (objeto, por otro lado, de estudios sociológicos algunos de ellos exotistas) no sólo de razas o etnias, ellas han debido realizar modos de convivencia y modos de reintegración de las tecnologías en su propia cotidianidad. Sabemos que esencialmente las culturas andinas han sido orales (como otras culturas alrededor del mundo) y aunque ellas no renunciaron a esta estrategia comunicativa, siguen manteniendo sus modos de vida en el marco de otros escenarios que igualmente demandan integración. Como ha sucedido a lo largo de la historia, en lugar de la extinción de diversas estrategias comunicativas, se ha dado un solapamiento entre ellas: la hibridación, en este sentido, se ha planteado también de forma lingüística; pues a los lenguajes orales no es que se hayan sobrepuesto los lenguajes de la imagen sino que más allá de ello, ambos se han interpuesto, es decir, se han retroalimentado.

La televisión fue, particularmente, el medio técnico y masivo de comunicación que postuló este solapamiento: la preeminencia de la visualidad alimentada por la expresión oral en el sonido ha hecho que de la noche a la mañana millones de individuos (incluidos los indígenas) reafirmen sus imaginarios sobre el logro de ese bienestar a sabiendas que la imagen muestra y seduce y la palabra demanda la necesidad de una integración al supuesto mundo de oportunidades (el de la globalización) que inscribe la imagen, es decir, ese nuevo mapa que precede al territorio.

II

Se denomina "oralidad secundaria" al fenómeno que se vive en el marco de la actual sociedad de la información y la comunicación. Una oralidad que no necesariamente es diferente a la tradición de las comunidades indígenas y originarias, aunque se estructura sobre la base de una nueva sintaxis donde tanto imagen y palabra se correlacionan. En ella están presentes tanto los elementos de las memorias sociales como el uso ineludible de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Dicha oralidad contiene y reclama la participación bajo los imperiativos de la interacción (ya que no sólo promueve lo social sino también la mediación tecnológica) y del entrelazamiento social y político, aunque esta vez priorizando la experiencia y sensorialidad individual.

Esta nueva oralidad parece implicar una llegada forzada de las diferentes poblaciones a los senderos que trazan las redes en la sociedad de la información y el conocimiento. De hecho, a lo que asistimos hoy, gracias a los modernos medios de comunicación audiovisuales, es la conformación de grandes públicos y al mismo tiempo a la segmentación de ellos. La paradoja de estas nuevas agrupaciones, sin embargo, está en el hecho de que surgen para mostrarse siempre diferentes de las demás pero reclaman la posibilidad de su integración. La nueva oralidad, en todo caso, si bien ha hecho emerger voces nuevas e intereses diferentes, todavía no ha cumplido con desatar el debate que podría haberse dado en virtud que dicho debate aún está supeditado a la mediación tecnológica. Al presente el énfasis sigue siendo en la misma mediación tecnológica antes que en la propia interacción humana característica de las primeras oralidades, incluso las andinas. El proyecto de la sociedad de la información y la comunicación si bien es cosmopolita, que confunde comunicación con información, parece no encontrarse realmente con esta oralidad secundaria que desata la práctica social de quienes aún subalternizados por las tecnologías, saben que los usos tecnológicos no están en la mediación sino esencialmente en volver a dichas tecnologías en proyectos políticos de otra naturaleza.

Aunque con el Internet las voces se han multiplicado y se ha realizado el viejo sueño de contar con la multiplicidad de rostros y hablas, el exceso de la información deviene en una desorientación de los mapas mentales respecto del mundo. Este es problema que se soslaya.

Ecuador aparentemente forma parte de una extensa red de flujos de información y, por lo tanto, de la sociedad de la información y del conocimiento. Y no es tanto por el Internet y otros medios y tecnologías de comunicación, sino por todo el proyecto modernizador-tecnológico que le ha llevado a inscribirse en la globalización económica mundial (incluida la dolarización). La población usuaria de la Internet en el país oscila entre los 100.000 y 350.000 y ella sólo se concentra en las ciudades. El acceso a esta nueva tecnología si bien es incipiente no considera la población flotante que alquila el servicio mediante los cibercafés que poco a poco se han ido incrementando en los últimos años. Las poblaciones arrastradas a la emigración hacia otros países y ciudades del exterior (España, Estados Unidos o Italia), en su mayoría procedentes de sectores rurales, de pronto, han debido aprender la interacción mediada por las tecnologías gracias al uso de la telefonía de Internet, el correo electrónico y el chat y no tanto del mismo Internet.

La nueva oralidad secundaria de estas poblaciones de indígenas, campesinos y sectores subalternos tiene, de hecho, los contenidos de interacción con las tecnologías, tanto porque la televisión ha dejado por años sembrada la perspectiva icono-imagológica, la fascinación por los diferentes entornos culturales a través de las imágenes y la repetición casi consecutiva de las formas de uso de las tecnologías; es decir, ha antepuesto el discurso de la representación como la parte constitutiva de la vida cotidiana de las personas.

Se ha observado que la gente que acude a los cibercafés lo hacen para hablar y para escribir o hacer escribir las noticias familiares. Si la oralidad antigua proclamaba la reunión, ahora es la conexión con lo que está lejano, es decir, con el ser, ese familiar, que está lejano, pero con un mapa mental tecnológico diferente: tal mapa perfila el hecho que alguna nueva tierra de oportunidades (allende las fronteras), efectiviza realmente las promesas del bienestar.

Asistimos, por lo tanto, a una conflictividad simbólica mediante las tecnologías de la información y la comunicación en la sociedad globalizada de la que es síntoma la llamada sociedad de la información y el conocimiento. Aunque las sociedades periferizadas (como son las indígenas) mantienen todavía vivas sus estrategias comunicacionales tanto en la tradición y la expresión oral, dichas estrategias y formas de pensar deben necesariamente ajustarse a las demandas de la sociedad imperante. Eso hace que reinserten y resignifiquen las tecnologías de punta. Con ellas vuelven a la escritura de lo oral pero también sacan provecho de su oralidad secundaria al darle un valor político a uno de los aspectos de esa tecnología, Internet, el cual aparentemente se muestra más eficaz en lo que se refiere el intercambio de la información pero sobre todo para comunicarse e interaccionar a distancia. Internet, en cuanto a sus tecnologías comunicativas dinámicas son, en efecto, más interesantes para comunicarse, para entablar relaciones, para lograr comunidades de hablantes. El uso social y político de personas ligadas a la migración, desde ya, muestra que no sólo importa hablar o conectarse, sino sobre todo, intercambiar, es decir, hacer posible la anarquía informacional, quizá el proyecto más radical que claramente la sociedad globalizada no puede controlar. En este contexto, incluso, es interesante observar que los cibercafés o cafénets también siguen proliferando fuera de las ciudades, en algunos puntos donde la telefonía pública es posible, además de sistemas de interconexión que quieren romper claramente la hegemonía del capital que ve la comunicación sólo un negocio rentable y nada más.

Iván Rodrigo Mendizábal